Artículo de DiarioTwilight:
Ah, pero qué bellezas nos han dado en ese aspecto. Francamente no se puede decir nada malo, y hasta los Haters doblan las manos cuando tocamos este tema. Cada película lleva consigo un espléndido soundtrack, principalmente de rock, rock alternativo de altísima calidad (aunque en esta entrega podemos ver mayor cantidad de géneros y ritmos) e integrado por diferentes bandas de todo el mundo. Este concepto lo creó por supuesto Catherine Hardwicke, quien además buscó que fueran bandas nuevas, para que el enorme impulso que supone ser parte del soundtrack de la Saga Twilight lo pudieran aprovechar bandas jóvenes y talentosas en vez de artistas consagrados que no lo requieren tanto. Salvo Paramore y Muse, ídolos infaltables en la Saga, la gran mayoría eran nuevos y la Saga marcó su gran salto.
Después, Chris Weitz perfeccionó este sistema: lo que él hizo fue lanzar una versión distinta en cada país, de modo que en cada nación se pudiera comprar todo el contenido original más una canción de un artista local. Así, Francia tuvo “Cavalier Noir (‘Caballero Negro’)”, de BB Brunes, Alemania recibió “Es Tut Wieder Weh (‘Vuelve A Doler’)” * , de Jennifer Rostock, y México (quedando, si se me permite decir, en desventaja) obtuvo “Frente Al Mar”, de Ximena Sariñana. Llegando Eclipse David Slade hizo lo propio y versiones especializadas llegaron a Brasil, Suiza, Australia y México.
El soundtrack de Twilight alcanzó Doble Disco de Platino y una nominación al Grammy para Decode; tanto ése como el de New Moon alcanzaron el #1 en la lista Billboard, mientras que la música de Eclipse obtuvo el Teen Choice Award por Mejor Álbum, Neutron Star Collision otro Teen Choice por mejor Canción Romántica, y de ahí derivó la nominación de Muse a un American Music Award, mismo que ganó.
Mencionemos ahora el muy especial y muy hermoso caso de “Flightless Bird, American Mouth.” Esta canción fue sugerida por la misma Kristen durante la postproducción de Twilight, en 2008. Se tomó en cuenta su idea e incluyeron la canción tentativamente en el baile de la escena final. De acuerdo con Catherine Hardwicke, en las raras ocasiones en que un actor sugiere alguna pieza para la cinta, esa propuesta se queda en el camino, editada o sustituida por otra cosa. El caso de Kristen con “Flightless Bird…” fue el primero en que la canción prospera hasta el final y queda en la escena donde comenzó originalmente. Esto nos prueba la excelente intuición y comprensión de Kristen para con la Saga, pues ahora esa melodía se ha convertido en un auténtico símbolo del amor de Bella y Edward, pudimos escuchar la bellísima adaptación que Iron & Wine hizo para Breaking Dawn, la “Wedding Version.” Como dije antes, un símbolo, un verdadero ícono en la cultura Twilighter.
Tuve el honor y placer de conversar con Chris Weitz vía Twitter acerca del proceso de realización de los soundtracks. Les dejo todos los tweets, y les platico: el director elige las canciones de entre las que le presenta la supervisora de música; posteriormente se checa el presupuesto y la negociación de acuerdo al renombre del artista (suele ser menos de lo usual gracias a las ganancias y prestigio que las bandas saben que obtendrán). Los artistas colaboran de buen modo y por lo general componen especialmente para la película en turno.
En la gran mayoría de los casos, los artistas quedan plenamente satisfechos con su colaboración, y ni qué decir de nosotros los fans, que aguardamos la salida de cada álbum casi con la misma impaciencia que la película. Desgraciadamente, algunas nubes se han interpuesto en nuestro cielo Twi-Musical. Brandon Flowers, integrante de The Killers, se arrepiente de haber cedido “A White Demon’s Love Song” pues opina que su música es demasiado buena para Twilight. Y, claro está, no podemos dejar de mencionar los problemas que hubo con Muse el año pasado en Eclipse. El origen del conflicto fue que a la banda inglesa se le dijo que Neutron Star Collision (tema principal de la cinta) aparecería en una escena determinada, y al final la pusieron en una totalmente distinta y, francamente mediocre. Es una canción muy fuerte, muy hermosa, y a decir verdad se merecía un mejor lugar. La encuentran durante la fiesta de graduación, en el momento en que llegan los lobos.
Sobra decir que Muse quedaron justificadamente molestos ante este cambio sin aviso ni razón, y si de por sí jamás estuvieron seguros de querer formar parte de la Saga, pues desde entonces se separaron definitivamente. Es una lástima, pues hay tantas escenas en los libros que están basadas en su música… pero ha sido mejor cortar por lo sano. Además, los Musers nunca nos quisieron y despotricaban a la menor oportunidad.
En la situación opuesta tenemos a Imperial Mammoth, cuya canción “Requiem on Water” aparece en Breaking Dawn. La banda twitteó poco antes del estreno que les complacía mucho el lugar en que su canción había quedado, que Bill Condon y Alexandra Patsavas (la supervisora musical que ha estado en todas las películas) conocían su música mejor que ellos mismos. No podemos sino estar de acuerdo: “Requiem On Water” se encuentra en el momento en que Bella descubre que está embarazada, se dirige al espejo, y acaricia dulcemente su vientre. Ahí comienza el coro de la canción, y el efecto es maravilloso. Tierno, dulce y profundamente conmovedor, la única escena de Breaking Dawn que me da ganas de llorar con sólo evocarla.
En general, exceptuando el incidente de Muse, la posición de las canciones dentro de cada película ha sido muy acertada. Es una colaboración perfecta entre artistas que verdaderamente captan la esencia de la historia, y una sensibilidad muy especial para saber dónde poner cada pieza. La desventaja es el mínimo tiempo que se le da a cada una, pues no lucen y algunas quedan muy desaprovechadas. Ejemplos de esto son “All I Believe In”, de Amadou & Mariam y The Magic Numbers, que aparece en New Moon, en el lugar correcto pero por escasos tres o cuatro segundos cuando en verdad es una pieza bellísima, con música y letra de una dulzura inimaginables; otro es “Atlas”, de Fanfarlo, cuya aparición en Eclipse (cuando Edward lleva a Bella con Jake y este último la invita a la reunión de la tribu) rompe el récord: dos segundos. Incluso Robert y Kristen se quejan al respecto en el Comentario. De verdad ese es un punto que la producción haría bien en reconsiderar, pues música increíble se desperdicia y luego surgen conflictos como el de Muse.
Pero en general da gusto saber que los artistas quedan satisfechos con los resultados. Tenemos a gente como Hayley Williams, fan de la Saga desde antes del rodaje de Twilight, y que en cuanto supo que se haría la película con un soundtrack rockero, pidió expresamente que Paramore pudiese colaborar, y compuso “Decode” y “I Caught Myself”. Y ni qué decir de Christina Perri, que incluso tiene un tatuaje en la muñeca con la palabra “bitten” en referencia al impacto de la Saga en su vida. La música es una parte fundamental en toda película, y es un auténtico placer ver el buen manejo que se le da en la Saga. Es una maravillosa oportunidad de conocer nuevos artistas y de engrandecer nuestros horizontes musicales.
Y ustedes, ¿qué tal? ¿Cuál es su soundtrack favorito? ¿Qué banda nueva descubrieron gracias a la Saga?
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