Finalmente la agonía llegó a su fin. Años de espera y lo hemos logrado: hemos visto Breaking Dawn.
Desde luego me gustó. Fui a verla la madrugada del miércoles 16 al jueves 17, y apenas salió el logo de Summit Entertainment ya estaba yo llorando. Me retorcí, emocioné, suspiré… en fin, viví como sólo se vive viendo una película de la Saga. Pero, gracias a este hermoso entorno de Haters en el que me tocó vivir, pronto tuve que bajarme de mi preciosa nube y volver de Isle Esme. Ahora, ha llegado el momento de ver la película de una forma lo más objetiva posible y formarme una opinión decente. Yo sé que todos ustedes deben estar hartos y cansados de tantas críticas y análisis, así que por ahora, sin tratar de descubrir el hilo negro, sólo les platicaré de mi impresión general:
Creo que uno de los grandes errores de la Saga en general es centrarse demasiado en la historia de Bella y Edward. No digo que no sea interesante, es más, en lo personal, como Krisbian, cada segundo de ella en pantalla se agradece y valora, pero al hacer tanto énfasis en el desarrollo de únicamente una pareja, una trama, se pierden muchos detalles hermosos. ¿A poco no extrañaron a Alice sobornando al policía en New Moon? ¿El Mercedes Guardian al principio de Breaking Dawn? ¿No les duele que de por sí en los libros hay pocas escenas de personajes como Emmett o Jasper, y encima en las películas los recortan más?
Por eso es que hay tanto Hater, si no leen los libros ya no entienden nada, porque las cintas no ayudan (ni las traducciones, si a esas vamos. Lo que hizo Alfaguara México con Eclipse es espeluznante e imperdonable). Les pondré de ejemplo una conversación con mi madre. Mi madre es una Hater de hueso colorado, pero con cerebro, y durante estos tres años se ha convertido en mi más grande ayuda para aprender a argumentar y defender mi Saga. No ha leído los libros pero ha visto las películas. Platicando con ella acerca de Breaking Dawn:
Madre: “Yo no sé nada acerca del marido de la rubia.”
Yo: “Emmett es hermoso.”
M: “Pues a mí no me cuentan nada de ése. Yo lo veo como de utilería. Nunca dice nada. Y el otro… Jason…Jared…”
Y: “¡¡Jasper!! Y es un amor.”
M: “Ése. Podría ser un personaje interesante, pero sale dos segundos. Lo hacen ver débil, que se lo tiene que llevar la esposa porque no aguanta la sangre. Nomás se lo lleva arrastrando como objeto, cuando podrían armarle toda una historia, porque su vida es interesante.”
Y: “Un libro entero de Alice y Jasper!!!!!!” *pequeño momento fangirl*
M: “Necesitan contar las historias de los otros. ¡Carlisle! No dicen nada de él, y es fundamental. Es el patriarca, el creador de toda esta familia, y sólo sale con un tinte mal hecho (la teoría de mi madre es que Carlisle y Rosalie se pelean por el tinte de cabello) y dice dos palabritas.”
Bueno, se dan una idea. Como ven, de tanto en tanto hace bien dialogar con un Hater, porque abre uno los ojos a muchas cosas. Si bien es evidente que el tiempo es muy corto como para poner línea por línea todo lo que ocurre en la Saga, sí podrían esforzarse más en equilibrarla. Algunas escenas lograron colarse hasta el guión, e incluso fueron filmadas, pero no lograron llegar a la pantalla; escenas pequeñas quizá, pero que habrían hecho a más de uno retorcerse de alegría en su butaca. ¿Qué hay de aquel beso entre Carlisle y Esme que eliminaron de la primera cinta? ¿O de la versión larga de esta misma pareja, cuando ella es convertida? De acuerdo, quizá ésa era demasiado sensual para el limitante PG-13, pero tampoco la difundieron por otras vías; hay que escarbarle al DVD versión especial de dos discos para encontrarla por ahí, olvidada. ¿Por qué no mencionaron a Claire en Eclipse, si era la oportunidad de ver que el que un casi hombre imprimase en un bebé no era malo, ni peligroso, ni nada por el estilo, y así no nos asustáramos con Jacob y Renesmee?
Lo peor es que ahora en Breaking Dawn se brincaron incluso detalles importantes: ¿qué hay de la historia de los niños inmortales que Carlisle le cuenta a Bella? ¿La relación entre esta historia y el clan de Denali? Eso es la base de la segunda parte de la historia, por razones obvias, y en la película no se vio nada. Ni qué decir de todos los sueños y síntomas de Bella en Isla Esme antes de descubrir que está embarazada. En vez de poner esos puntos clave decidieron que Edward narrara todo su arranque de rebeldía y su separación temporal de Carlisle, algo que se mencionaba en el primer libro, pero que en éste resultaba, sinceramente, irrelevante. Y ni siquiera lo contaron bien, porque no se dijo que la primera víctima de Edward en esa etapa fue Charles Evenson, el marido abusivo de Esme.
Se les fue terriblemente el trato maternal que Esme le da a los lobos. ¿Cómo que sándwiches, si en el libro era toda una canastita con ropa y variedad de comida? Lo que vimos dio más bien risa, cuando en el libro era sumamente conmovedor. Mi coraje personal es la ausencia de la liga que Alice le da a Bella como “algo prestado”. Ya bastante tenemos con que eliminaron toda, toda, toda la historia de Alice (que podría darnos un libro entero ella solita), y encima quitan ese pedacito divertido que nos da un vistazo a ella por sí misma, no como “amiga de…”.
Este precioso diseño estará a la venta en las boutiques CHNY el próximo año. $35 000 dólares que bien valdrán la pena.
Otra metida de pata fueron los vestidos. Si Stephenie describía claramente que el de Rosalie era plateado, al igual que el de Alice, no entiendo qué ganaban con cambiarlos tan arbitrariamente, y para mal. Tal vez sea un detalle tonto, pero es un buen ejemplo de estos ajustes destanteados que por desgracia son frecuentes en pantalla. Sólo el vestido de Bella se salva, y eso porque era Carolina Herrera. Mejor que ella para vestidos de novia, sólo Vera Wang. En verdad esta artista venezolana es una mujer magnífica y superó cualquier expectativa con ese modelo clásico, romántico y maravilloso. Todo mi respeto.
Eso sí, en la escena del parto me quito el sombrero. Dura, cruda, extremadamente difícil de ver y tal como la imaginaba. Les juro que no habría sido la mitad de estremecedora de no ser por el grito de Kristen cuando empieza la operación. Yo siempre he admirado la manera de gritar de Kristen, el gran estilo que tiene; los que la vieron en Speak, me darán la razón, pero en esta ocasión verdaderamente se lució. Fue todo un reto no despegar los ojos de la pantalla (mi madre se salió del cine y creo que a la fecha no me ha perdonado) y la interacción de Robert y Kristen, que trascendió mucho más allá de Edward y Bella, verdaderamente cautivaba y derretía el corazón. La imprimación, muy, muy tierna, aunque ahí lo más hermoso fue darle a Rose la oportunidad de vivir un poco de maternidad. La escena extra de los Volturi, divertidísima; de por sí esos personajes pueden dar muchísimo a la Saga, y resultó agradable verlos, sobre todo con “I Didn’t Mean It” de fondo.
Ese es otro buen punto, uno que año con año aciertan impecablemente: la música. Una vez más, excelente, bandas jóvenes pero sumamente talentosas, canciones pegajosas y perfectamente a tono con la historia. Aunque duela haber perdido a Muse tras los conflictos del año pasado, creo que fue más sano, porque ellos estaban a disgusto y nunca llegaron a amar a la Saga tanto como era necesario. Es mejor tener a artistas como Christina Perri, igualmente brillantes pero con un amor y entrega absolutos a nuestra Causa.
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